Raúl H. Tomaghelli

Las varices son dilataciones anormales de las venas causadas por insuficiencia valvular en el sistema venoso. Cuando las venas están dañadas, la sangre se acumula, formando varices y úlceras. Además de ser dolorosas y peligrosas, representan un problema estético.

• Herencia: 85% de los pacientes tienen antecedentes familiares.
• Ciclos menstruales: Las hormonas durante la menstruación dilatan las venas.
• Sexo: Las mujeres tienen mayor predisposición.
• Embarazo: El aumento hormonal, la compresión del útero sobre grandes venas y el aumento de peso contribuyen a su formación.
• Menopausia: El desequilibrio hormonal durante este período causa alteraciones venosas.
• Posición de pie: El permanecer muchas horas de pie favorece la formación de varices, ya que aumenta la presión hidrostática contra la que lucha el sistema venoso para lograr su función de llevar sangre al corazón.
• Obesidad: El exceso de peso provoca dilatación venosa por aumento de la presión.

Un tratamiento exitoso empieza con un estudio detallado del paciente para un diagnóstico preciso. Se revisa su historia clínica y se realiza un estudio circulatorio completo para determinar el grado de la afección varicosa. Un diagnóstico correcto es crucial, ya que diferentes tipos de varices pueden causar diversas complicaciones y requieren distintos tratamientos.

Una vez realizado un diagnóstico preciso de la afección venosa del paciente, el especialista debe aplicar la técnica más adecuada para su curación. Algunos de los métodos de curación son:

• Flebotónicos.
• Mesoterapia.
• Escleroterapia.
• Vendaje compresivo.
• Cirugía de grandes vasos.

La celulitis es una alteración del tejido subcutáneo que afecta la apariencia del cuerpo y puede causar molestias físicas y emocionales, reduciendo la autoestima.

• Deficiencias circulatorias.
• Alteraciones hormonales.
• Predisposición genética.
• Hábitos alimentarios incorrectos.
• Falta de actividad física.
• Adicción al alcohol y tabaco.
• Uso de anticonceptivos.

• Disminuir el consumo de sales.
• Beber abundante agua a lo largo del día.
• Evitar alimentos con conservantes.
• Practicar actividades físicas como nadar y bailar.
• Evitar infusiones muy concentradas.
• Realizar ejercicios de respiración profunda.
• Estimular la sudoración con ejercicio y baños de calor.
• Mejorar la depuración renal con una dieta rica en verduras y frutas.
• Combatir el estreñimiento con una dieta adecuada y ejercicio.

El tratamiento más efectivo es la mesoterapia, una técnica desarrollada por el médico francés Michel Pistor. Consiste en introducir microinyecciones de medicamentos en las zonas afectadas, utilizando minidosis de vitaminas, minerales, aminoácidos, etc.

Se realizan sesiones semanales estimándose el tratamiento de una duración entre 12 a 15 sesiones.